Carta de amor NERD
domingo, 19 de noviembre de 2006
El otro día te dije que me gustaban mucho los desafíos, y más aún esos que se convierten en especiales. Es por dicho motivo que como todo buen “Geek” agarré mi herramienta favorita....Google, y puse manos a la obra.
Con tanta información no sabía por donde empezar, busqué muchas combinaciones posibles de palabras para ver los resultados que aparecían y ver si aparecía algo que me sorprendiera. Obviamente que solo en español las búsquedas superaban en varios millones mis expectativas, con amor encontramos más de 139 millones, belleza superaba los 24, ternura los 3,4. Me di cuenta que sería una tarea difícil buscar la originalidad. Obviamente que no soy de darme por vencido fácilmente, sino todo lo contrario. Esto me motivó a seguir buscando. Cambié de palabras y probé con romántico que mostró 7,5 millones, primera vista 22,5 millones y por último caricia me dio cierta esperanza, pero de todas maneras era un resultado de 1,2 millones. En este momento mis ánimos comenzaron a bajar un poco. Me di cuenta que todas las palabras que yo quería usar alguien las había tomado primero, ya se habían convertido en poemas, películas, canciones, libros, y hasta blogs. Mucha gente las había utilizado previamente para expresar sus propias emociones y no me dejaban ningún margen para la originalidad.
Estaba en apuros.
Lo que pensé que podría ser algo más accesible era ahora una tarea bastante complicada. Me sentía un poquito nervioso porque el haber planteado el desafío me hacía exigirme más. Comencé a pensar un poquito. Hice juegos de palabras y probé más combinaciones, pero no sabía si no las había escuchado antes, no sabía si pertenecían a alguna escena o a alguna estrofa. Entonces el miedo aumentaba, porque querer ser original, y copiar sin querer, era una vergüenza.
Estaba en apuros.
Lo que pensé que podría ser algo más accesible era ahora una tarea bastante complicada. Me sentía un poquito nervioso porque el haber planteado el desafío me hacía exigirme más. Comencé a pensar un poquito. Hice juegos de palabras y probé más combinaciones, pero no sabía si no las había escuchado antes, no sabía si pertenecían a alguna escena o a alguna estrofa. Entonces el miedo aumentaba, porque querer ser original, y copiar sin querer, era una vergüenza.
Hasta que llegó un momento que me di por vencido, no tenía fuente de inspiración ninguna. Posiblemente en este momento caí en que no está en mi ser un poeta, mi vida estaba condenada a copiar y pegar sentimientos ajenos que sonaran lindos y parecieran acordes a la situación, ya que sobre una ocasión especial se puede decir muchas cosas y casi todo queda bien. ¿Pero eso es ser original? No me parece. Estoy rendido.
Fue ahí que me di cuenta que en realidad no tenía nada para decir. Simplemente entendía a todos los que cantaban o escribían. Podía ponerme en su lugar y comprenderlos. Veía claramente lo que eran las comparaciones con ángeles, soles, estrellas. Nunca había creído en las famosas mariposas que revoloteaban, tampoco en los suspiros profundos y menos en las ganas terribles de escuchar todo el día una misma voz, pero desde este día mi entendimiento había crecido.
Por supuesto que no soy un experto en la materia. Uno de los pocos libros que leí se llamaba “Vivir, amar y aprender”. Me di cuenta que soy un simple alumno, por lo tanto tengo que empezar a cursar lentamente. Por eso el motivo de esta carta cambia. Ahora te pido perdón. Perdón por no tener nada para decirte, nada para escribirte, nada para gritarte. El desafío no lo puedo cumplir. No puedo decirte nada nuevo, nada diferente, nada que no haya sido expresado antes por nadie. Todo mi plan fue un fracaso. Pero por supuesto que aprendí muchas cosas sobre todo esto. No me queda mucho más para agregar, solo pedirte nuevamente disculpas y que sepas entenderlas. Imagínate mi carita más triste diciéndote…me perdonas? Es lo único que me queda por hacer en este momento, apelar a tu sensibilidad.
Por supuesto que no soy un experto en la materia. Uno de los pocos libros que leí se llamaba “Vivir, amar y aprender”. Me di cuenta que soy un simple alumno, por lo tanto tengo que empezar a cursar lentamente. Por eso el motivo de esta carta cambia. Ahora te pido perdón. Perdón por no tener nada para decirte, nada para escribirte, nada para gritarte. El desafío no lo puedo cumplir. No puedo decirte nada nuevo, nada diferente, nada que no haya sido expresado antes por nadie. Todo mi plan fue un fracaso. Pero por supuesto que aprendí muchas cosas sobre todo esto. No me queda mucho más para agregar, solo pedirte nuevamente disculpas y que sepas entenderlas. Imagínate mi carita más triste diciéndote…me perdonas? Es lo único que me queda por hacer en este momento, apelar a tu sensibilidad.
Etiquetas: amor, carta, nerd, sentimientos
posted by Voz Independiente at 11/19/2006 01:21:00 p.m. | Permalink
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