La tecnología puede ser realmente complicada y sumamente delicada. Muchas veces debemos cuidar en exceso este tipo de cosas, tanto por su costo como el apego que nos pueden generar. Pero cuando un iPod se va es como que nos falta algo, es más, prefiero que se vaya un amigo. No solo se siente tan solo que se nos quemó la licuadora, se nos van 2 GB de nuestra persona, 2GB de nuestra alma y cientos de ídolos marchan al cielo digital en donde pasarán a mejor vida. Atrás quedarán esos momentos de desconexión, esas corridas por la rambla en las que me acompañabas, esas fiestas que animabas y en las cual eras la verdadera alma. Y puedo nombrar muchos momentos junto a ti… te acuerdas cuando salió el tema de Nestor en Bloque, fuiste tu el primero en enterarte, guardé eso para compartirlo contigo, y el de Los Palmera…y la Barca de Jambao. Eres tu quien me divierte con Tangalanga o los 3 cabiados cuando estoy triste, tu quien me levanta con Zitarrosa de mañana y el que siempre me mantiene en onda con los últimos hits.
Es por eso que en donde quiera que estés espero mis ídolos sigan cantando con fuerza al ritmo que marca la manzanita, yo desde aquí te voy a recordar por siempre. Voy a valorar mucho que cruzaste los mares para conocerme, que de otras latitudes llegaste para instalarte en mi corazón y hacerme sentir una experiencia de sonido increíble.

Ipod… nunca voy a olvidarte.

Estarás junto a mí. Hasta que en Mercado Libre encuentre a tu hermano gemelo.

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