La madrugada de cada 25 de agosto, coincidiendo con el feriado por la declaratoria de la independencia, decenas y decenas de boliches reciben a jóvenes de ayer y jovenzuelos de hoy que se menean al son de música prehistórica.


La definición de prehistórica nos remonta a un tiempo no tan lejano, pero que igual nos hace difícil imaginar a nuestros padres bailando como Travolta o al son de Palito. Es por eso que en mi casa se enojan cuando salgo los 24. Me dicen que la noche de la nostalgia es de ellos, de los más veteranos.


Obviamente que nunca me importo que me dijeran eso y salgo con mis amigos donde mejor nos parezca. Pero últimamente me estaba embolando ese tipo de música y por lo tanto prefería ir a una noche anti-nostalgia, no por estar en contra del día, sino que escuchar más de 30 minutos de Oldies hacía que mis genitales comenzaran a inflamarse notoriamente. Posterior a dicha inflamación, los testículos se me desplomaban. Si, la música esa me hace caer un HUEVO en un corto período de tiempo.

Pero el extremo de que no podría salir ese día me hizo dar cuenta de que en realidad yo tengo mi propia nostalgia. Por supuesto que se compone de toda la música de los 90 y algunos temas de los 80 (segunda mitad), vemos que claramente no entra la música de mis papis. Es por eso que incito a todo el mundo a salir este 24 adonde mejor le parezca, si te embolan los Oldies ándate a otro lugar y forja tu propia nostalgia, obtén tu derecho a escuchar las canciones que en un tiempo representaran lo que fue tu época, obviamente de distinta manera, diferente contexto y bla bla bla…. van a hacerte recordar tiempos diferentes para ti. La noche de los recuerdos no solo nos trae a la mente música, sino también momentos, personas, lugares, sentimientos y todas las cosas que formaron parte de ti en el instante que sonaba lo que ahora tiene sus años pero que en cierto momento era un hit.

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