No hay nada más lindo con la llegada de la navidad que la ilusión de los niños respecto a Papá Noel. Sentir que ese viejito entra por la chimenea a pesar de su panza y nos deja bajo el arbolito algo parecido a lo que nosotros pedimos es una hermosa sensación, la cual todavía recuerdo. De niño me regalaron mi family game, con 2 joysticks y un cassette de 4 juegos, Mario BROS, Battle City, Kung Fu y otro que no me acuerdo, pero sería una porquería. Más adelante fue el turno para el SNES, el Super Nintendo Entertainment System y su juego Super Mario World, al cual seguidamente me compré el Street Fighter que luego cambié por el MKII y un montón de revistas. La verdad es que eran grandes momentos de mi vida, las novias me dejaban por mi adicción a los videojuegos y los amigos venían a pedirme por favor que saliera de mi casa, pero entre Goro, Rayden , Liu Kang, Sub-Zero y Cia. yo era muy felíz.
Pero hay algo que si es seguro, y es que jamás tuve reacciones de este tipo al recibir un regalo, a pesar de que “era” un niño, sabía controlarme, y expresar mi alegría de otra manera.